Wednesday, March 18, 2009

Irma Pineda - Poeta Zapoteca

La Pared

Una pared escurre historias,

contempla fija, inmóvil,

el paso lento de los días.

El tiempo no es generoso,

marca en la piel y lastima sus entrañas.

La pared permanece,

reviste de colores, cuadros, libros,

las plantas la alegran,

pero ya no puede ser la misma.

Va guardando

el eco de llantos contenidos

y risas que desbordan,

el gemir de los amantes,

y el latido de sus corazones.

Hay historias que no se olvidan,

historias que el tiempo no puede llevarse,

están escritas en la pared,

en su corazón. Es inútil pintar,

mil colores no borran su memoria.

Ella bien lo sabe:

no es que con el tiempo duela menos,

es que uno se acostumbra a vivir con el dolor.



Sucede a veces

"Señor Roble:
¿Con que tierra puedo alimentar sus raíces?"

A Rigoberto Ávila

Sucede a veces,
que uno se enamora de los árboles,
por la sombra que producen,
la fuerza de sus ramas
o la dulzura de sus frutos.

Sucede también, a veces,
que el árbol que uno ama
se convierte en hombre,
y uno ama sus ideas,
sus labios,
su corazón,
sus brazos
o el sexo,
(porque los árboles tienen sexo).

Y sucede después, a veces,
que el árbol que uno ama
está tan cerca que asombra,
asusta.
Deja de ser un árbol
y parece un sol
que deslumbra los ojos enamorados.

Y sucede entonces, a veces,
que uno no sabe
si cerrar los ojos y esconderse,
o contemplar al árbol-hombre-sol
hasta quedarse ciego.

*

Ella
guardaba entre las piernas
un mar
El
se volvió desierto

Los senos de Ella
manaban miel
El
fue un becerro

Ella
se volvió camino
El
no supo andar

1 comment:

DaGA said...

es un hermoso poema, y una gran poetiza irma pineda